domingo, 11 de octubre de 2009

Polémica por cigarrillo electrónico

La presentación de un cigarrillo electrónico que emula el hábito de fumar generó una fuerte polémica en Argentina, donde médicos y sociedades científicas rechazaron que el dispositivo sirva para dejar la adicción al tabaco.

No existe evidencia científica que avale el uso de estos dispositivos para el tratamiento de la dependencia al tabaco, ni tampoco existen evidencias sobre la seguridad de su uso, dijo el presidente de la Asociación Argentina de Tabacología (ASAT), Fernando Verra, en declaraciones publicadas hoy por el diario local "La Nación". La empresa Oxigen presentó hace unos días un dispositivo electrónico vaporizador, popularmente conocido como cigarrillo electrónico, con la leyenda "Parece un cigarrillo y se utiliza como tal, pero no lo es".

En Argentina se ofrecen dispositivos similares al presentado por Oxigen a través de internet, con precios que van entre 150 y 400 pesos (39 a 105 dólares), con o sin nicotina, señalaron fuentes del sector tabacalero.

El experto del Servicio de Neumonología del Hospital Austral, Alejandro Videla, dijo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó en septiembre de 2008 no promociononar estos productos sin antes comprobar su eficacia, sin embargo, en Argentina se promocionan los artículos con la frase "deje de fumar sanamente".

El director de mercadotecnia de Oxygen, Sebastián Gómez, dijo que el productor que ofrece "no contiene derivados del tabaco, sólo aroma y vapor de agua".

En cuanto a las diferencias entre los cigarrillos electrónicos que contienen nicotina y los que no la tienen, Verra dijo que en el caso de los primeros, cuando la sustancia es liberada en ciertas cantidades, puede producir efectos tóxicos, adictivos y psicológicos.

"No está regulada la cantidad de nicotina que emiten estos productos", advirtió.

Respecto a los que no contienen nicotina, en julio pasado la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos detectó agentes carcinogenos como la nitrosamina y toxinas químicas como etilenglicol, un ingrediente usado como anticongelante.

La consultora regional en tabaquismo de la Fundación Interamericana del Corazón, Verónica Schoj, señaló que el producto se vende como "la versión moderna del cigarrillo light", que en su momento se presentaba como una forma menos dañina de fumar, pero luego se demostró que causaba una mortalidad igual o mayor que el cigarrillo común.