Según la edición on line de hoy de la reviste Nature, si fuera visible desde nuestro planeta, el nuevo anillo aparecería de un tamaño similar a dos veces la luna llena.
El superanillo es externo a la circunferencia del planeta y su sistema de anillos es tan gigantesco que el polvo y los fragmentos de hielo que lo componen tienen una extensión de entre 6 y 12 millones de kilómetros.
Los investigadores demostraron que habrían sido los repetidos impactos de meteoritos y cometas sobre la luna Febe los que nutrieron el anillo. Además, informaron que está compuesto por granos de polvo y hielo que provienen de una de las lunas más externas de Saturno, Febe, que orbita a 13 millones de kilómetros del planeta y cuyo núcleo es muy similar al de un cometa.
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