domingo, 31 de marzo de 2019

Richard Stallman



"Richard Stallman es una leyenda: creó el primer sistema operativo abierto e impulsó el ‘copyleft’. Cree que los teléfonos inteligentes nos han hecho retroceder 10 años en términos de privacidad

 Parece como si él mismo quisiera bajarse del pedestal en el que le ha colocado la comunidad de programadores. Para ese colectivo, es una leyenda viva. Stallman es el padre del proyecto GNU, en el que se engloba el primer sistema operativo libre, que vio la luz en 1983. Desde los años noventa funciona con otro componente, Kernel Linux, por lo que se rebautizó como GNU-Linux. “Muchos, erróneamente, llaman al sistema solo Linux…”, se queja Stallman.

Su rivalidad con el finlandés Linus Torvalds, fundador de Linux, es conocida: le acusa de haberse llevado el mérito de su creación conjunta, nada más y nada menos que un sistema operativo muy competitivo cuyo código fuente puede ser utilizado, modificado y redistribuido libremente por cualquiera y a cuyo desarrollo han contribuido miles de programadores de todo el mundo.

 Lo cierto es que el revolucionario movimiento del software libre lo inició Stallman. Este informático, que estudió Física en Harvard y se doctoró en el MIT, muy pronto quedó atrapado por la cultura hacker, cuyo desarrollo coincidió con sus años de juventud. El software libre y el concepto de copyleft (en contraposición a copyright) tampoco serían lo mismo sin este señor risueño de estética hippie.

Su semblante muta a la más severa seriedad en cuanto se pone a hablar de cómo el software privativo, el que no es libre, colisiona con los derechos de las personas. Ese tema, la falta absoluta de privacidad en la era digital, le obsesiona. No tiene teléfono móvil, acepta que le hagamos fotos solo después de prometerle que no las subiremos a Facebook y asegura que siempre paga en efectivo. “No me gusta que rastreen mis movimientos”, subraya. “China es el ejemplo más visible de control tecnológico, pero no el único. Desde hace más de 10 años, en Reino Unido siguen los movimientos de los coches con cámaras que reconocen las matrículas. ¡Eso es horrible, tiránico!”

ampliar fuente