La revista TIME publica un artículo sobre cómo las redes sociales están ayudando a los medios convencionales, en especial a la TV. Mientras los agoreros vaticinan la muerte de la televisión, en realidad está ocurriendo el fenómeno opuesto. El Súper Tazón, los Juegos Olímpicos, la entrega de los Oscars, entre otros, han superado los récords de audiencia de ediciones previas. ¿Por qué? Fácil: los eventos grandes se hacen más grandes gracias a las redes sociales.
Twitter y Facebook están cambiando la forma en que observamos la televisión. Así como nos gusta ver la pantalla, nos gusta hablar de lo que sucede. Por ejemplo, en los premios de la Academia, la actriz Farrah Fawcett no fue considerada dentro del video homenaje a las estrellas fallecidas en 2009. Este olvido provocó que el nombre de la actriz se colocara instantáneamente dentro de los trending topics de Twitter. Las redes sociales el comentario inmediato entre los espectadores, del mismo modo en que conversamos en la sala con nuestros amigos cuando vemos un reality show o un partido de fútbol.
Aunque parece revolucionario, este cambio tecnológico ya se ha visto previamente con la aparición de los MMORPGs (juegos de rol multijugador masivos en línea), tales como World of Warcraft. La interconectividad promovió una reinterpretación del concepto de espacio de juego. La comunicación de los videojuegos pasó de darse dentro de un espacio físico compartido – varios amigos reunidos en una habitación – a un espacio virtual común. Este nuevo espacio de juego trasciende las barreras geográficas y permite que jugadores de diferentes países interactuen a través de la realidad virtual.
¿Está entrando la televisión en una fase similar? Es probable. Éste es un factor a considerar, por ejemplo, para la próxima Copa del Mundo de Fútbol, un evento que seguramente concentrará a los aficionados en las redes sociales como una tribuna virtual. Así como los gamers coordinan partidas en línea (por ejemplo, raids en WoW), los telespectadores comienzan a reunirse en torno a sus computadoras para discutir los grandes acontecimientos televisivos. Es momento de que la televisión responda a esta transformación, porque paradójicamente, quien parecía ser su peor enemigo ha resultado ser un valiosísimo aliado.