Esos gurús de Twitter... de Tino Fernandez
Gracias a Twitter he sabido que un pretendido gurú del periodismo nacional ha hecho arroz caldoso para cenar esta Nochebuena, y que otro supuesto gurú de la productividad que me bombardeaba diariamente con decenas de tuits y enlaces (¡qué productivo debe de ser en su trabajo!) disfrutó la noche del 24 de diciembre de un sorbete de frutas. Desgraciadamente, no pude participar en el simpático concurso navideño que proponía a sus seguidores: relatar en directo, desde la mesa familiar, cuál era el postre especial de cada uno. Tecnológicamente encantador, pero mi familia me habría lapidado con turrón del duro si me descubre enganchado al teléfono móvil en una ocasión tan señalada.
En los últimos meses, gente a la que no tengo el gusto de conocer en persona (y conste que me apena) me cuenta cosas que no me interesan. Me dan los buenos días cuando se levantan, me dicen que está lloviendo mientras camino empapado a hacer un recado; me confirman que es de noche cuando ya veo que está oscuro; o me comentan sus deliciosas excursiones familiares, como si fueran los únicos que salen con los niños; lo aburridos que están en la cola del cine; o el último pensamiento o la primera gracieta que les viene a la cabeza y que la tecnología se encarga de amplificar para que todos disfrutemos (es un decir).
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Vía Twitter :))) @txarly