El último paso lo ha dado el equipo liderado por Hans Schöler en el Instituto Max Planck de Biomedicina Molecular, del que forma parte el ingeniero bioinformático español Marcos Araúzo. Tras varios pasos previos, en ratones, del cóctel de Yamanaka se han quedado sólo con el gen OCT4, al que Schöler ha dedicado gran parte de su trayectoria científica. Han comprobado que a partir de células fetales del sistema nervioso obtienen las citadas iPS, con capacidad para convertirse en células de cualquier tejido. Esto es posible porque las células de partida ya sobreexpresan los otros genes utilizados hasta ahora, lo que no sucede en otros tipos celulares.
El artículo se ha publicado en la revista Nature