–Creo que el mundo virtual de Second Life se ha convertido en un lugar idóneo para fantasear con las posibilidades de una sexualidad cambiante en 3D, desde casa y a través de la pantalla. La plataforma permite al jugador proyectarse en un espacio tridimensional para interrelacionarse. Sus creadores reconocen a cada usuario el derecho a la propiedad intelectual de todos los objetos que lance en ese metaverso que no para de crecer. También se puede salir de la repetición de los estereotipos de género si exploramos todas las potencialidades del machinima, para dirigir las creaciones a otro público, nuestro público, la comunidad queer. La animación resulta un medio ideal para representar las prácticas transgresivas: al no haber personas reales físicamente como en el cine convencional, puede representarse sin limitaciones expresivas.
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