sábado, 11 de septiembre de 2010

La muerte de los lectores de feeds

Lo que hasta ahora conocíamos como lectores de feeds tales como Newsgator, Bloglines o Google Reader van camino de dejar de exisitir o como mínimo de ver reducido su número usuarios de manera más que significativa. Los datos: el primero desapareció el año pasado, del segundo conocíamos ayer la noticia de su cierre y el tercero pierde un 27% de las visitas año tras año por culpa de redes sociales comoTwitter y Facebook.

¿Dónde está el cambio? No estamos hablando un problema de software, ni de usuarios, ni de calidad del contenido, estamos hablando de un cambio de la plataforma mediante la que se accede a ese contenido. Es decir, que se seguirán leyendo feeds, simplemente con otras herramientas, con otras posibilidades, con otros comportamientos y lo que es más importante, con otras reglas completamente distintas. Es un cambio que yo mismo he notado en los últimos meses, recibo muchísima más información de actualidad a través de una columna en TweetDeck que a través de mi Google Reader, y esa información la categorizo y la leo de manera distinta a como lo venía haciendo hasta ahora con este último.

Un buen ejemplo de esta tendencia es Flipboard, una maravillosa aplicación para iPad que justo lo que hace es recoger todos esos enlaces que nos llegan a través las redes sociales y los ordena y los muestra como si de una revista se tratase. Algunas observaciones que me parecen importantes a este respecto:

El contenido se vuelve social y multidireccional: Un lector de feeds tradicional supone que el usuario escoja a qué medios quiere estar suscrito agregándolos a su lista. Con Twitter y Facebook además de eso está aparece una nueva y maravillosa variable en la ecuación, el contenido se vuelve social, está a merced de los usuarios, vibra con los usuarios, que lo retuitean, le dan un 'Me Gusta' en Facebook o lo comparten con los demás. Lo que antes era un flujo unidireccional (del medio al usuario) ahora es multidireccional (del medio a los usuarios, de los usuarios a los demás usuarios y del usuario de vuelta al medio, que recibe feedback).

Una noticia sólo es importante si los usuarios deciden que lo es: Basta echar un vistazo a cualquier informativo en la televisión para ver como la importancia de las noticias está sujeta a intereses políticos, ideológicos e incluso religiosos. Con este cambio de paradigma la importancia la otorga el usuario, o mejor dicho, el conjunto de usuarios, se forma una inteligencia colectiva que define la importancia de una noticia compartiéndola con los demás, si no la encuentra de su interés simplemente la descarta y ahí se queda. Es decir, el usuario la lee de igual manera, pero no la comparte, en ese pequeño paso es en donde se apoya todo el proceso.

Se descentraliza la opinión: Ya se habló de este tema cuando apareció la posibilidad de añadir comentarios en Google Reader. Pongamos el ejemplo de un blog, un post ya no recibe el feedback de los lectores sólo en los comentarios, sino que se extiende a Facebook, a los retweets en Twitter y a otros muchos campos, muchos de los cuales no estarán al alcance del que creó el contenido. En el caso de las marcas y las grandes compañías esto es especialmente traumático, algo que ya se ha visto durante un tiempo en los blogs, donde pierden todo poder de censurar opiniones desfavorables y que ahora no va a hacer sino acentuarse.

De nuevo gana lo dinámico sobre lo estático: con Google Reader, a menos que lo pusieses en tus compartidos, una vez recibías la noticia a través del feed ahí se acababa todo, la leías y listo. De la misma manera que ocurrió con el cambio blogs/medios tradicionales, donde la noticia no sólo iba en la dirección del lector sino que volvía de vuelta en forma de comentario, aquí es más de lo mismo, la noticia en sí no se acaba con la transmisión en sí de la misma, sino que se extiende a todo el panorama social, donde adquirirá connotaciones que pueden estar muy alejadas de la original.

En el fondo la muerte de los lectores de feeds no es más que la señal de un cambio, nada traumático, las noticias siguen ahí, la opinión sigue ahí, lo único que cambia es la manera en la que ambas interaccionan entre sí y con los usuarios. Y es un cambio a mejor, una noticia 'social', una noticia sobre la que se opina siempre valdrá mucho más que otra que viene estipulada para satisfacer los intereses de vete tú a saber quién.

via:@TwittBoy