Anonymous no es nada concreto más allá de un enjambre, presumiblemente enorme, de hackers conectados en la Red y encantados de esconder sus nombres y sus artes a mayor gloria de un colectivo. WikiLeaks, la gran factoría de filtraciones, los convirtió en activistas políticos en 2010.
Hasta entonces, eran una mera “marca de usuarios conocidos por gastar bromas a los restaurantes, acosar a pedófilos y protestar contra la Iglesia de la Cienciología”.
Así define al cibercolectivo, que este fin de semana se atrevió por segunda vez a amenazar a ISIS, la periodista de la revista Forbes Parmy Olson. Su libro We are Anonymous es el resultado de su amistad con Topiary, uno de los hackers estrella.
En diciembre de 2010, Amazon, PayPal, Mastercard, Visa y el banco suizo Postfinance rechazaron tramitar donaciones a la organización de Julian Assange; los ciberactivistas se lanzaron contra sus portales electrónicas con el ariete de los ataques DDoS, un martilleo constante de visitas sobre una web que se bloquea por no dar abasto a todas. Los ciberactivistas convocaron a sus milicianos con esta rotunda frase: "Cómo unirse a la puta colmena".
Según algunos expertos, los hackers no habrían hecho más que ampliar el alcance de una acción previa, dirigida a apoyar el sitio de descargas Pirate Bay, para crear su Operation Payback, su particular dónde las dan las toman contra los enemigos de Assange.
La colmena de enmascarados surgió en algún momento en torno a una web para frikis y contenidos casi pornográficos: el tablón de imágenes japonés 4chan. Activo desde 2003 y todavía hoy con una apariencia amateur, es guarida de contenidos límite, como los dibujos lolicon, un manga de lolitas subidas de tono.
En esas catacumbas de la web, a cubierto de la persecución de Estados Unidos, contactaron futuros miembros de Anonymous, según Olson. A partir de 2008, incorporan la máscara de gesto guasón con la que el inglés Guy Fawkes y el resto de conspiradores de la pólvora intentaron en 1605 volar la Cámara de los Lores inglesa. Una novela gráfica primero y luego una película, V de Vendetta, la catapultan al imaginario popular.