martes, 15 de abril de 2008

EL PADRE DE LA FISICA CUÁNTICA


Hace 150 años nació el científico alemán Max Planck, cuya teoría cuántica revolucionaría la física. Su nombre, que lleva una red de institutos de investigación, es símbolo de la independencia de la ciencia.
Inventos como el horno de microondas o los microprocesadores de las computadoras, los transistores o los rayos láser serían impensables sin sus descubrimientos. Y aunque inicialmente los resultados de sus investigaciones le provocaban a él mismo desconfianza, pronto se hizo fama de ser el gran renovador de las ciencias naturales.

En el árbol genealógico de la familia Planck había muchos filólogos y teólogos y que el joven Max Planck se haya decidido por la física se debió a la influencia de su profesor de matemáticas, Hermann Müller.

Nació un 23 de abril de 1858 en Kiel, donde su padre era profesor de leyes de la Universidad. En 1867 su cátedra fue trasladada a la Universidad de Múnich adonde se mudó la familia. El joven Planck no sólo era talentoso en las ciencias naturales sino también poseía una gran habilidad para la música. Pero en vez de música Planck decidió estudiar física, pese a que su profesor Philipp von Jolly, intentó disuadirlo argumentando que en la física “ya se había investigado todo, sólo quedaban algunas lagunas que cubrir”. Una postura compartida por otros científicos de la época.

Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: La industria eléctrica necesitaba estándares uniformes para bombillas eléctricas.

En 1885 Planck asumió su primera cátedra en física en Kiel y dos años después obtuvo una segunda en Berlín. Enseñaba entonces física teórica lo que no tenía ni renombre ni era bien remunerada. Hacia fines del siglo XIX empezó a ocuparse del tema de moda: la luz. Había un motivo muy práctico y era que la industria eléctrica, que experimentaba un auge, necesitaba estándares uniformes para sus bombillas eléctricas y tubos fluorescentes.

Planck descubrió en sus experimentos que la luz no se expande siempre como una onda continua como suponía la física de entonces, sino que se comporta a veces como un conjunto de partículas, de “cuantos” de luz. El mundo de la ciencia reaccionó con escepticismo y el mismo Planck dudaba de su monstruosa hipótesis. Pero Albert Einstein, entonces un desconocido físico, se tomó en serio la discontinuidad de la que Planck hablaba.

Las preguntas que surgieron de los postulados de Planck impactaron en casi todos los ámbitos del conocimiento, incluyendo la filosofía. La constante de Planck, la relación entre la cantidad de energía y la frecuencia de una partícula, que los físicos simbolizan con la letra “h”, es una de las más importantes de la historia de la ciencia, a la par de la velocidad de la luz, la “c” de la célebre fórmula de Einstein y la constante de la gravedad, la “g” de Newton. En 1900 presentó su fórmula públicamente lo que abrió el paso a la llamada física cuántica y le valiera en 1918 recibir el Nobel de Física. Albert Einstein recibió el galardón en 1921.

Planck fue un funcionario público que sirvió con lealtad a la monarquía del Káiser Guillermo, a la República de Weimar, el régimen de Hitler, y la Alemania controlada por los aliados. Tuvo importantes cargos, entre ellos el de presidente de la Sociedad del Káiser Guillermo a partir de 1930. Intentó mantenerse apolítico pero cuando el físico Albert Einstein fue obligado a abandonar la Academia de las Ciencias, Planck intentó convencer a Hitler de que la emigración forzada de judíos afectaría a la ciencia alemana y que los judíos podían ser buenos alemanes. Hitler perdió los estribos y corrió al científico a gritos. Planck no se rebeló.

En su vida privada el científico vivió amargas experiencias. Siendo joven vio morir a su primera esposa de tuberculosis y uno a uno perdió a sus cuatro hijos. Su hijo mayor cayó en la Primera Guerra Mundial en 1916, sus hijas gemelas murieron ambas al dar a luz y el más joven, Erwin Planck, fue acusado de participar en el atentado contra Hitler. Pese a los esfuerzos del renombrado científico por conmutar la condena y salvar la vida de su hijo, éste fue ejecutado en 1945.

Tras la Segunda Guerra Mundial, teniendo Max Planck 87 años, comenzó lo que sería su último proyecto. Inició el fomento de la investigación científica en la renombrada Sociedad Káiser Guillermo, convirtiéndose en su presidente honorario. Por presión de los aliados ésta adoptaría en 1946 el nombre de Sociedad Max Planck. A esta organización científica pertenecen hoy en día 80 institutos de investigación que promueven la ciencia y transmiten a las jóvenes generaciones el legado de este singular investigador que intentó mantener el honor en tiempos difíciles. Max Planck murió a los 89 años el 4 de octubre de 1947.