martes, 25 de octubre de 2011

Muere el padre de la inteligencia artificial


Muere el padre de la inteligencia artificial


El padre del término «inteligencia artificial», acuñado en 1956 en la Conferencia de Dartmouth, y pionero del desarrollo de la informática, John McCarthy, nacido en Boston en 1927, falleció ayer a los 84 años de edad en su casa de Palo Alto, en California.

Galardonado en 1971 con el Premio Turing, considerado el equivalente a un Nobel de Informática, desarrolló el lenguaje de programación LISP en 1958, con el que jugó la primera partida de ajedrez por ordenador de la historia con científicos soviéticos.

Es conocido sobre todo por sus esfuerzos en el campo de la inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés), disciplina que describía como «la ingeniería científica capaz de dotar de inteligencia a las máquinas».

Mecanismos de la inteligencia humana

McCarthy sostenía que era posible diseñar un programa informático que pudiera describir con precisión, y por consiguiente, simular, los mecanismos básicos de la inteligencia humana.

Investigador en las prestigiosas universidades de Stanford y Princeton, así como en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), McCarthy era hasta su fallecimiento profesor emérito en Stanford, donde se jubiló en el año 2000 a los 73 años de edad.

Aplicada a numerosos campos, la inteligencia artificial computacional ha producido avances espectaculares en procesamiento de lenguaje automático, reconocimiento de escritura, traducción simultánea por ordenador, reconocimiento automático de patrones, lingüística computacional y robótica.

domingo, 9 de octubre de 2011

Tecnologías en las aulas

Los debates pedagógicos son casi infinitos, pero hay uno que ya está cerrado: el de introducir o no las nuevas tecnologías en las aulas. Existe el consenso internacional de que deben estar presentes y la gran mayoría de los países desarrollados llevan tiempo incorporando ordenadores y pizarras digitales a los centros escolares. Lo que ahora está en cuestión es cómo usarlos. Porque las tecnologías por sí solas son solo una ayuda. El reto que se plantea la mayoría de los expertos es cambiar las metodologías y los currículos.

La apuesta decidida por las tecnologías en las aulas en España se llama Escuela 2.0. Fue anunciada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en mayo de 2009 y se proponía distribuir más de un millón y medio de ordenadores portátiles entre alumnos, más de 80.000 equipos para los profesores, la creación de otras tantas aulas digitales (con acceso a Internet y pizarras electrónicas) y la puesta a disposición de los docentes de un amplio catálogo de programas informáticos para usar estos avances.

En cifras, se ha recorrido algo más de un tercio del camino, pero todavía queda mucho para conseguir lo que pregona Antonio Pérez Sanz, uno de los impulsores del programa desde la dirección del Instituto de Tecnologías Educativas: "Hay que modificar el papel del profesor. Debe dejar de ser un orador o instructor que domina los conocimientos para convertirse en un asesor, orientador, facilitador del proceso de enseñanza aprendizaje y mediador entre los alumnos y la realidad utilizando las tecnologías".

Para llegar a este objetivo hay que dar dos pasos indispensables: la introducción de la tecnología y la formación del profesorado. Aunque es uno de los ejes del programa Escuela 2.0, la instrucción que reciben los docentes es muy deficiente, según explica Julio Díaz Escolante, del sindicato independiente Anpe. "La formación no se ha abordado en condiciones en ninguna comunidad", comenta. "Se está dotando de muchos medios a los centros y no se les saca rendimiento. Los alumnos están muchas veces más formados que sus maestros", añade.

La falta de formación, que se limita a unas pocas horas, provoca que haya una enorme heterogeneidad entre el aprovechamiento de la tecnología y que dependa sobre todo de la motivación de los profesores y de sus conocimientos previos o adquiridos ad hoc. Además, la mera formación teórica sobre informática no es suficiente.

En opinión de Pere Marquès, director del grupo de investigación de Didáctica y Multimedia de la Universidad Autónoma de Barcelona, tan importante como esta formación y la propia tecnología lo es un tercer eje: "Darle al docente motivos para usarla". Según dice, hay muchos. "Uno es un fracaso escolar que no baja desde hace años. Probemos estas nuevas herramientas, a lo mejor pueden solucionar el problema. Otro, igual de importante, es que la sociedad de hoy es distinta a la de hace 30 años. Siempre estamos conectados a Internet. Lo que hoy requieren los ciudadanos no es memorizar todo aquello que pueda ser necesario, sino saber encontrarlo. Lo que hace falta es enseñar a resolver problemas lo más rápidamente posible", argumenta Marqués. La introducción de la tecnología en las aulas es un paso importante, pero insuficiente, desde su punto de vista. "Habría también que cambiar los objetivos y los métodos", subraya.

Es la misma línea que exponen la mayoría de expertos en pedagogía y nuevas tecnologías. Manuel Area, catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna (Tenerife), insiste en que meter tecnología en las aulas no es sustituir libros por máquinas. "Tendría que replantearse más fuertemente el currículum y el sistema escolar. Nuestra escuela sigue teniendo una visión casi del siglo XIX, con asignaturas aisladas unas de otras. En el siglo XXI todo debería estar más integrado, con más propuestas de problemas que los estudiantes tengan que resolver e indagar. Otro planteamiento importante es que el aprendizaje tiene que ser colaborativo, no individual", propone.

A pie de aula, Antonio García Aguilera, profesor del instituto Torre Almenara de Mijas (Málaga), ve con cierto escepticismo las lecciones teóricas sobre el uso de las tecnologías. Admite que se le pueden extraer usos positivos, sobre todo en pequeños grupos. "Pero no es la panacea que nos vende la Administración", subraya. Para empezar, por una cuestión mucho más cotidiana que los argumentos metodológicos: "Con grupos de 30 como los que solemos manejar, lo más normal es que haya una decena que olvida el ordenador. ¿Qué haces con ellos? Después tardas en enchufarlos, en que los niños entren en los programas que deben, hay cortes de conexión, en ese lapso se distraen, pierden el hilo. Lo mismo sucede con la pizarra digital. No es fluido".

En los foros de profesores es fácil encontrar una opinión que comparte Antonio García: "El sistema educativo está muy falto de recursos como para gastar tanto en ordenadores". Él hace hincapié en la necesidad de más profesorado para bajar la cantidad de alumnos por aula. "En una clase de lengua conseguimos partir en dos grupos de 15 escolares uno de 30 y las mejoras fueron muy superiores a las que consigue cualquier tecnología", explica.

La gran mayoría de los profesores que ha comenzado a usar ordenadores y pizarras digitales, sin embargo, considera necesario el programa Escuela 2.0, según un estudio todavía no publicado que está realizando el catedrático Manuel Anarea entre 4.000 docentes de toda España. Con resultados todavía provisionales, casi el 90% expresa esta opinión.

Este programa, aunque sí es probablemente el más ambicioso, no es el primero que se propone el uso de nuevas tecnologías en las aulas. Ya a mediados de los ochenta, el Ministerio de Educación puso en marcha los proyectos Atenea, para introducir equipos informáticos en los centros, y Mercurio, que pretendía incorporar recursos audiovisuales, como vídeos o diapositivas. Desde entonces, la suma de avances en las aulas ha sido continua, aunque poco sistemática. En opinión de Ángel Fidalgo, del Laboratorio de Innovación en Tecnologías de la Información, el uso de los ordenadores suele dar "un subidón" al introducir algo nuevo que queda en casi nada cuando queda obsoleto. "El programa Escuela 2.0 es necesario, pero puede suceder lo mismo si se mantienen las mismas metodologías", añade.

El cambio de enfoque no puede ser rápido. En educación los resultados nunca lo son. "Pero añadir tecnologías es inevitable porque así funciona el mundo que nos rodea", asegura Marquès. También la mayoría de los países desarrollados incorporan de una u otra forma ordenadores en las aulas. En los países nórdicos la tecnología es "más invisible", en palabras de este investigador. El centro está perfectamente equipado para que puedan tener acceso a ella cuando la necesiten, pero no se centran tanto en el ordenador por cada alumno. Los países anglosajones sí la tienen muy presente.

Varios Estados de EE UU cuentan desde hace tiempo con equipos para todos sus alumnos. En algunos centros, según Marquès, tuvieron que dar marcha atrás porque comprobaron que "habían dado más importancia a la máquina que a las actividades". "Han tenido que rectificar porque solo con tecnología no se arreglan todos los problemas. Que cada uno trabaje a su aire es muy bonito, pero los alumnos necesitan orientación, deben tener claro qué aprender", explica.

Un instituto de Los Altos, en California, probó el pasado curso una experiencia piloto que ha dado resultados notables. Tan solo el 3% de los que participaron en ella sacó calificaciones por debajo de la media en un examen de final de curso. Aplicaron el método de un extrabajador de un fondo de inversión que grabó vídeos en YouTube para ayudar a un primo con las matemáticas. Comenzaron a tener decenas de miles de visitas e hicieron que su creador, Salman Khan, dejase su empleo para dedicarse por completo a la educación mediante la Khan Academy, una institución sin ánimo de lucro apadrinada por Google y Bill Gates. Hoy hay más de 2.500 vídeos en la Red que van desde las matemáticas a la biología, de la astronomía a las finanzas, vistos por más de dos millones de personas al mes. Su idea es llevar el ordenador a las aulas, no como un complemento, sino como un eje.

Al contrario de lo que se puede pensar, la intención de Khan no es sustituir a los profesores, sino hacerles aprovechar mejor el tiempo. "Ya no tienen que perderlo en dar explicaciones generales, los niños las pueden ver en los vídeos cuantas veces quieran y hacer los ejercicios que necesiten en la web. El maestro los monitoriza, sabe cuáles son los problemas de cada escolar y puede atenderlo individualizadamente, de forma que los alumnos aventajados pueden avanzar más rápido y los lentos son mejor atendidos en un proceso de aprendizaje asimétrico. No es deshumanizar la enseñanza, sino todo lo contrario", explica Khan.

Dentro de la heterogeneidad de uso de las tecnologías que hay en España, existen ejemplos parecidos. Miguel Carlos de Castro, profesor de tecnología del IES Concepción Arenal de Ferrol (A Coruña), incorporó a sus clases un sistema muy similar: una página web con recursos, documentación, problemas, chuletas, ejercicios, que tiene también un sistema de preguntas tipo test que permiten evaluar el avance del alumno. Los profesores pueden seguir instantáneamente el progreso del alumno y comprobar qué materiales ha usado y con qué éxito. Se llevó un premio a la diversidad de la Xunta de Galicia por la posibilidad que daba a los alumnos de seguir su ritmo, ya fuese más o menos rápido.

Pero hoy por hoy no hay un modelo universal. Las asignaturas más técnicas son más propicias para métodos como los anteriores y otras, de la rama de humanidades, tienen más difícil encaje en un sistema así. Los ordenadores están ahí, pero todavía hay que perfilar cómo aprovecharlos.

elpais.es

miércoles, 5 de octubre de 2011

Belleza en las máquinas


Si hay algo terriblemente aburrido en tecnología es el "yo también" (me too). Son aquellos que proponen algo, pero más tarde que otro y, encima, no muy distinto. Jobs no ha sido precisamente de éstos. Todo lo contrario. Detrás suyo han habido destacadísimos copiones. Y una de las ideas que ha impuesto es la búsqueda por parte de las compañías de un ecosistema en torno a su oferta. Quizás Jobs no dijo nunca la palabra, tan de moda hoy en día, pero es obvio que ha creado un verdadero sistema planetario, el de Apple, con sus ventajas y, también, su lado inhóspito. Las máquinas de Apple conversan entre ellas con una agilidad admirables. Son intuitivas en su manejo, un empeño del propio Jobs, poco amigo de los botones, en la vestimenta y en los cacharros. Eso sí, Apple impone sus propias condiciones para entrar en su jardín, del que es vigilante propietario, y aunque siempre las argumenta con razones técnicas -por ejemplo, la seguridad- a veces parece como si dictara la expulsión de su paraíso.

Jobs tomó una decisión inicial que limitó la expansión de la marca. El software de Apple iría en las máquinas de Apple y no de terceros. Mientras, Microsoft, por entonces sólo fabricante de programas, licenciaba su sistema operativo a todos los clones del pecé de IBM y a la propia IBM y su Windows se convertía en el paisaje digital dominante en los escritorios. Jobs tenía un concepto holístico de las máquinas de Apple, como un todo distinto de las partes que lo componen.

Apple, de la mano de Jobs, ha sido, de entrada, fabricante de máquinas con su propio sistema operativo y un diseño diferencial. Los ordenadores de Apple tienen un fiel clientela y una enorme valoración, pero su cuota de mercado ha sido siempre modesta. Ha sido con la emergencia del universo de los móviles (tabletas, teléfonos inteligentes, portátiles..) cuando la empresa, liderando el inicio de una época que el propio Jobs ha definido como "pos pecé", se ha encumbrado a la cima. Y este fabricante de máquinas ha abierto la principal tienda digital de música y se ha inventado el gancho de las aplicaciones, que dan vida a los móviles y fidelizan al cliente con la marca porque no quiere abandonar aquello que él ha instalado. Más de un vez se ha escrito que Jobs ha inyectado inteligencia y belleza a sus máquinas. Desde luego no ha sido él solo. Hay apellidos inevitables en esa historia. Desde su amigo de los inicios, Steve Wozniak, a su colega en Pixar (John Lasseter) o la gente que está detrás de los Mac o las iPad (Andy Hertzfel , Jonathan Ive...), pero Jobs supo escucharles.

Obviamente, una biografía de un personaje sin claroscuros es una biografía mal hecha, pero lo que importa es su herencia y lo mejor de Jobs es que estuvo en el mundo de la informática pensando por su cuenta, arriesgando, inventando. A Jobs le gustaba citar a Henry Ford, que explicaba que si hubiera preguntado a sus clientes qué querían le habrían dicho que un caballo más rápido. Ford propuso su coche a pesar de sus clientes. Y ganó. Le gustaban los retos. Un lema de la casa Apple era "para qué quieres entrar en la Marina si puedes ser pirata". No aceptaba lo acomodaticio. Jay Elliot, ex vicepresidente de Apple, explica en su libro El camino de Steve Jobs que cuando se estaba trabajando en el primer iPhone, Jobs dijo a sus ingenieros: "el móvil tendrá un solo botón. Arréglenselas". Y tuvo un único botón.

Apple sin su gurú

El enigmático, reservado y visionario Steve Jobs, ha muerto hoy a los 56 años, ha anunciado Apple. Jobs era mucho más que el consejero delegado de Apple. Nunca antes una marca estuvo tan asociada a una persona. Su contribución al mundo tecnológico le convierte en uno de los grandes innovadores de los últimos 75 años, en un transformador de la industria. El Thomas Edison del siglo Veintiuno hizo del ordenador un artilugio simple de usar, cambio la manera de hacer negocio con la música a través de Internet y lanzó la telefonía móvil en otra dimensión

Apple fue fundada en abril de 1976, en un garaje en Los Altos (California), tal y como mandan los cánones del sueño americano. Al lado de Steve Jobs estaba su compañero de estudios y amigo Steve Wozniak. El dúo era perfecto. Jobs, que entonces tenía 21 años, se encargaba de las ideas y de vender el producto. Wozniak, se dedicaba a las cuestiones de ingeniería que daban vida a complejos artilugios tecnológicos.

Así, y con un respaldo financiero de 90.000 dólares, nació su primera computadora, Apple I, con una visión: popularizar el uso de los ordenadores personales, llevándolos de las oficinas a las casas. En 1977 llegó su primer éxito, con el Apple II, la primera computadora producido en masa para el consumo. En tan sólo dos años, la facturación de la compañía se multiplicó por quince, de los 7,8 millones de dólares hasta los 117 millones, lo que les convirtió en multimillonarios antes de cumplir los 25 años.

La famosa manzana

El popular símbolo de la manzana con un bocado al lado derecho lo tomó de los Beatles, que utilizaban la imagen de la fruta del pecado original en sus discos a final de la década de los años 1960. La elección le costaría después una intensa batalla legal para su uso en la tienda electrónica iTunes, donde la música de la legendaria banda Liverpool estuvo ausente hasta otoño de 2010.

Era sólo el inicio de lo que estaba por llegar, en un época en el que el IBM era el gigante a batir. Steve Jobs nació un 24 de febrero de 1955 en San Francisco. Sus padres biológicos, Abdulfattah Jandali -de origen sirio- y Joanne Schieble, no estaban casados. Fue adoptado por Paul y Clara Jobs. Se crió en el seno de una familia con pocos recursos. Y abandonó la universidad, porque sabía que las oportunidades estaban fuera de las aulas.

A los 12 años, ya había escrito a William Hewlett para hacer unas prácticas en su compañía, HP. Le gustaba la ingeniería, y ya de niño no sólo tenía claro que sería rico, además tenía la ambición de llegar a ser uno de los más grandes entre los grandes, tan popular como Shakespeare o Einstein. A Jobs le fue diagnosticado un cáncer de páncreas en 2004. Lo hizo público un año después, en el discurso de graduación en la Universidad de Stanford.

Una larga enfermedad

En abril de 2009 fue sometido a un transplante de hígado, tras negar durante meses los rumores sobre su delicado estado de salud. En septiembre de ese año reapareció en público para lanzar la tercera generación del popular reproductor iPod. Alarmantemente delgado, y con la voz muy débil, aprovechó para hacer campaña por la donación de órganos.

Aunque se le considera uno de los grandes innovares de la historia, no fue porque creara nuevos productos. Jobs ni inventó el ordenador personal, ni el ratón, ni los reproductores digitales de música, ni los teléfonos inteligentes, ni las tabletas, ni las tiendas electrónicas de música o de libros. Y estaba obsesionado con la competencia, a la que forzó a redefinir sus estrategias.

Jobs tuvo la capacidad de simplificar la tecnología existente y explotar su potencial, en el momento adecuado. El Mac que hoy se conoce debutó en el mercado en enero de 1984, como el primer ordenador que presentan todas sus funciones de una manera gráfica. Y lo dotó de un ratón, para que el usuario pudiera desplazar el cursor por la pantalla y con un simple click activar las funciones de los distintos programas. Simplificó la complejidad.

Un invento para la historia

El Macinstosh marcó el futuro, a pesar de que sus funciones eran limitadas y su uso cuestionable. Para explotar el potencial de la nueva máquina, Jobs necesitaba un buen programa que le diera vida. En ese momento acudió buscando ayuda al joven Bill Gates, sin saber que con el paso del tiempo se convertiría en su gran rival en Microsoft. Su enemigo entonces era IBM. Las ventas decepcionaron y el PC del Big Blue dominaba de forma aplastante.

La tensión en el seno de Apple creció. Y un año después, Steve Jobs se vio forzado a abandonar la compañía por las diferencias que tenía con su entonces consejero delegado John Sculley, al que había contratado dos años antes de Pepsi. No estaban de acuerdo en cómo estaba llevando el negocio. Pero Sculley, un ejecutivo con más experiencia y madura, tenía el respaldo del consejo.

Los titulares de la época hablan del fin de una era. Pocos ejecutivos en la historia corporativa sufrieron un golpe así y lograron reponerse. Con 30 años de edad, Jobs creó otra empresa, NeXT Computer en un intento por reinventar Apple con una ambición: cambiar el mundo. Pero Jobs tuvo serios problemas para abrir hueco en el mercado a un ordenador de esas características y a un precio tan alto como el que ofrecía.

El nacimiento de Pixar

El secretismo le permitió hacer ver más de lo que en realidad había. Y con la empresa rozando la bancarrota, se concentró en el su sistema operativo y empezó a explorar nuevas oportunidades. En 1986 se hizo con la división gráfica por ordenador de Lucasfilm, por la que pagó 10 millones a George Lucas. Y así nacieron los estudios de animación Pixar, creador de Toy Story y Finding Nemo.

Demostró a Hollywood que de los ordenadores pueden dar rienda suelta a la imaginación y llegar al público general. La tecnología lo permitía. Robert Iger, entonces consejero delegado de Disney, lo entendió perfectamente y no se lo pensó dos veces antes de comprar Pixar por 7.500 millones. Empezaba así a forjarse una nueva era, en la que Jobs se consolidaría como una estrella.

NeXT sería adquirida por Apple en diciembre de 1996, por 400 millones. Y ocho meses después de integrarse en el gigante de la manzana, Steve Jobs fue nombrado consejero delegado interino de la compañía de Cupertino. Su puesto al frente de Apple se haría permanente en enero 2000, en lo que estaba llamado a ser en el retorno más importante en la historia corporativa de EE UU.

La vuelta del exilio

Todo lo que construyó en una década estaba destruido y hundido en pérdidas, y Microsoft dominaba el 80% del mercado de PC. Jobs se reincorporó tras 12 años de exilio a la compañía que creó cargado de ideas para resucitar Apple, como el iMac. La computadora fue lanzada un año después con un éxito rotundo. Pero lo que abrió sus productos al consumo en masa fue el reproductor iPod y la tienda electrónica iTunes, para la descarga legal de música.

Así rompió el nicho en el que estaba metido Apple, lanzando nuevos productos más allá de los PC y poco a poco la suerte de la compañía empezaría a cambiar. La cuadratura del círculo llegó en junio de 2007 con el teléfono móvil interactivo iPhone. Jobs consiguió así crear un atractivo de los consumidores hacia los Mac, que eran vistos como un club reservado al diseño y la publicidad. En la primavera de 2010 se le sumó la tableta iPad.

Steve Jobs, que se presentaba en público en vaqueros y camisa negra con cuello de tortuga, era una persona obstinada, apasionada, egocéntrica, arrogante y perfeccionista. Era también un genio de la promoción y la imagen. El anuncio que utilizó para el lanzamiento del primer Macintosh rompió moldes y está considerado como uno de los 50 mejores en la historia de la televisión. La estética es otra de las claves de su éxito, toda una declaración de diseño.

Jobs, imagen de Apple

Jobs era la imagen de Apple y su historia define la de la propia Silicon Valley. De hecho, podría decirse que hay un antes y después en el mundo tecnológico que lo marca Apple. Una combinación difícil de replicar que le permitió conectar la tecnología con las tendencias, y que explica el tsunami mediático que acompaña a cualquier artilugio que lanza al mercado.

Apple hace tambalear el mercado en el que penetra, porque sus productos son simples y marcan tendencia, como demuestra el caso del ratón. Y entorno a ellos es además capaz de crear un verdadero ecosistema, en el que todos conviven en armonía. Pero eso en Wall Street dicen que no es conveniente apostar contra Apple cuando lanza un nuevo producto.

La revista Fortune nombró por todo esto a Jobs "empresario de la década", y no sólo por la manera en la que llevó las riendas de Apple y su impacto en el mundo de los negocios. Los editores de la publicación financiera destacan su influencia en la cultura mundial. "Cada día, algún estudiante, empresario o diseñador que se enfrenta a un problema se pregunta: ¿qué haría Jobs?".

Tan ingenioso como misterioso, Jobs fue el punto fuerte de Apple. Tres décadas durante las que redefinió o reinventó la tecnología de consumo, creando productos que el más corriente del ciudadano no sabía que iba a necesitar. Pero la imagen del "hombre de negro" está tan vinculada a la marca, que eso le convierte a la vez en su principal vulnerabilidad.

Jobs sabía vender el producto, y tenía talento de distorsionar la realidad de tal manera que el público estuviera dispuesto a pagar más por ellos que los de la competencia. El éxito del iPhone, a pesar de sus problemas, es el más claro ejemplo. No era una cuestión de números, si no de emociones. Y eso es lo que crea todo tipo de preguntas sobre una Apple sin su gurú.


elpais.es

martes, 4 de octubre de 2011

iPhone se renueva

'Hablemos de iPhone', era el eslogan de la convocatoria de prensa en Cupertino (sede de la compañía) y Londres. La incógnita (si presentaba una nueva versión de iPhone 4 o la quinta generación del terminal) tardó en ser desvelada. Fue también el debut de Tim Cook, mano derecha y sucesor de Steve Jobs, retirado de la jefatura desde agosto. Y tanto misterio decepcionó, pese a que se explicara que el nuevo móvil "por fuera es igual, pero por dentro es todo nuevo". ¿Si es todo nuevo, por qué no llamarlo 5?

Efectivamente por dentro lleva un chip de doble núcleo A5, su batería aguanta ocho horas si se habla, nueve navegando con wifi o 40 escuchando música. Su cámara de fotos aumenta a los ocho megas, tiene una lente más (ya son cinco) y mejora la rapidez de disparo (1,1 segundo el primer disparo y medio segundo el siguiente), y la velocidad de transmisión de datos se dobla. También graba vídeo en alta definición a 1080p. "Es como un móvil 4G", argumentó Phil Schiller, vicepresidente de la compañía, "aunque no vamos a debatir esto ahora". La velocidad de subida de datos es de 7,2 megas por segundo y la de bajada 14,8. Para el final de la ceremonia, ¿un anticlimax comparado con los que dirigía Jobs?, se presentó a Siri, un asistente para el móvil que recomienda salir a la calle con paraguas o no, recuerda citas y contesta a preguntas. Responde a las preguntas orales de su propietario. Muy atractivo... si fuera en español. De momento, en inglés, francés y alemán. En cualquier caso, iPhone 4S llegará a las tiendas españolas el 28 de octubre en tres versiones: 16, 32 y 64 gigas a 199, 299 y 399 dólares respectivamente para Estados Unidos. En euros la compañía no dijo nada.

El objetivo cuando nació el iPhone hace cuatro años era capturar el 1% de mercado. Ahora tiene el 5% del mundial. Ya en el primer fin de semana colocó 500.000, tres meses después tres millones y en un año el valor de la acción de Apple pasó de 80 a 200 dólares. Un simple aparato se había convertido en un fenómeno sociológico.

Apple también presentó el nuevo sistema operativo de los móviles iOS 5, que se podrá descargar a partir del 12 de octubre en todo el mundo. Hay un cúmulo de novedades tanto en mensajería, sistemas de recordatorio o quiosco para gestionar las publicaciones que sigue el internauta.

Cook siguió con las buenas noticias y para ello recordó la cantidad de aplicaciones de su tienda. Desde el lanzamiento de App Store en julio 2008 la gente se ha descargado 18.000 millones de aplicaciones. Hay 500.000 diferentes en la tienda App Store, 140.000 específicas para el iPad, una diferencia abismal con cualquier otra tableta. Las descargas mensuales son de mil millones de aplis al mes, y Apple ya ha pagado a sus creadores más de 3.000 millones de dólares. A pesar de que todo el mundo y sus hermanos intenta competir con el iPad, tres de cuatro tabletas vendidas en Estados Unidos son un iPad.

A partir de ahora las actualizaciones de iPhone serán over the air. Ya no hará falta enchufar con un cable el móvil al ordenador para actualizar el iPhone. Ni iPad. Tampoco iPod Touch. Como ya hacen los móviles de la plataforma rival, Android, patrocinada por el buscador Google.

En la nube, además, reposará todo el ecosistema. Cualquier foto, texto, vídeo o música almacenada en un aparato automáticamente se instalará (previa autorización) en iCloud y allí se quedará para poder abrirse desde cualquier otro aparato, sea móvil, ordenador o iPad.

iCloud, la última novedad presentada por Jobs en la conferencia de desarrolladores de junio, la última vez también que el exjefe de Apple apareció en el escenario antes de anunciar su retirada, es la estrategia que la compañía se marca para el futuro.

Su centro neurálgico y el de la vida digital de las personas. La guinda es iTunes Match. Una funcionalidad para acceder a toda la música comprada en iTunes desde cualquier aparato. Y a la almacenada también, por 25 dólares (17 euros) anuales. Esta nueva funcionalidad escanea la biblioteca digital del internauta en minutos y sube a iCloud los temas que no están en su catálogo, lo que da una mayor rapidez a la gestión de la biblioteca de cada internauta, mientras los que sí están se aprovechan. Ayer se volvió a repetir lo mismo. Y los periodistas, acostumbrados a los shows de Jobs, se acordaban que todo eso ya lo dijo Jobs en junio.

Tim Cook abrió la ceremonia admitiendo que es "un privilegio para mí realizar la primera presentación de producto" desde que es el máximo responsable de la compañía.

"Hace 10 años lanzamos iPod. Y hace uno el nuevo Mac Book Air. Somos una empresa innovadora". Cook ha manifestado su amor por la compañía en la que lleva 14 años trabajando. Carece, sin embargo, de las tablas de Jobs



via:elpais.es